En este sentido, nuestra metodología se basa en plantear preguntas materiales y poéticas en el espacio, permitiendo que estas se vinculen gradualmente con las agencias a las que dirigimos dichas interrogantes. Con esto, buscamos tanto establecer conversaciones o campos de conexión con ellas como transformar el paisaje en un taller o laboratorio donde sea posible investigar sentimientos e ideas.
Estos cortes agenciales, que, al igual que las conversaciones, tejen el entramado de nuestros proyectos, terminan transformándose en aparatos escultóricos, interactivos o sonoros que funcionan como un acercamiento a los fenómenos, y como un intento de comunicación con ellos.